Si bien Baja California Sur es uno de los estados más jóvenes de México, cuenta con impresionantes vestigios que datan de más de 10 mil años y pueblos mágicos con arquitectura colonial.
Visitar nuestro estado y recorrerlo es un ir y venir a través del tiempo.
¡DISFRUTA EL VIAJE!
Y si eso es sorprendente, conocer el monumental arte rupestre enclavado en la Sierra de San Francisco es una fascinante experiencia. Pinturas de hasta 4 metros de altura en negro y rojo que plasman el pensamiento mágico-religioso de nuestros ancestros y su relación con el entorno. Berrendos, cimarrones, liebres y serpientes, pumas, reptiles, manos y grandes figuras humanas, son algunas de las grandes representaciones plasmadas hace más de 10 mil años en una impresionante cueva custodiada por la sierra y desde la cual puede observarse el Océano Pacífico.
Para visitarlos se requiere un guía autorizado. Se sugieren los meses de octubre a mayo.
Imagina que manejas sobre una pequeña carretera en el desierto mientras sorpresivamente encuentras una caída de agua que avisa sobre la proximidad de un oasis. Al seguir los pasos del agua tu mirada se topa con un templo de grandes proporciones edificado con roca volcánica. Una iglesia que pareciera pertenecer al zócalo de alguna ciudad pero que fue colocada ahí, en medio del desierto, junto a un oasis repleto de árboles frutales. Nada de lo que pudiste imaginar se compara con las sorpresas que tiene para ti la ruta de las misiones.
Si bien en total fueron 18 misiones establecidas en la media península, la ruta de las misiones contempla 6 impresionantes templos.
FUNDADOR | ||
Nuestra Señora de Loreto | 1697 | (Juan Ma. De Salvatierra) |
San Javier | 1699 | (Francisco Ma. Piccolo) |
Santa Rosalía de Mulegé | 1705 | (Juan Ma. Basaldua) |
San Ingnacio Kadakaamán | 1728 | (Juan Bautista de Luyando) |
San José de Comondú | 1708 | (Julián Mayorga) |
San Luis Gonzaga | 1720 | (Jaime Bravo) |
Recorrer la transpeninsular de sur a norte es toparte con poblados que parecen atrapados en el tiempo. Lugares mágicos en los que pueden observarse vestigios de un pasado glorioso. Minas de oro que dejaron a su paso grandes chimeneas que se mantienen orgullosamente erguidas; tierras de ingenios azucareros que dejaron viejas casonas, un teatro y museo; un pueblo francés con un encanto particular, en el que el olor a pan horneado es una constante. Oasis, leyendas, historia, secretos. Mil leyendas en los pueblos encantados que esperan ser descubiertas por ti.